Estilos de apego y celos en parejas de adultos jóvenes

Styles of attachment and jealousy in couples of young adults

Carmen Delgado Rojas

Universidad Rafael Urdaneta, Maracaibo, Venezuela

E-mail: valeriadelgado_09@hotmail.com;

Yaminet Tejeda Bueno

E-mail: Universidad Rafael Urdaneta, Maracaibo, Venezuela

E-mail: yaminetstb.17@hotmail.com

Recepción: 26/05/2021

Aceptación: 11/02/2022

Resumen

Para determinar la relación entre estilos de apego y celos en parejas de adultos jóvenes, se realizó una investigación de tipo y nivel descriptivo correlacional, con modelo estudio de campo y diseño no experimental transeccional, con una muestra accidental de 100 personas. Se aplicaron el cuestionario de apego adulto de Brennan et al., (1998) y el Inventario Multidimensional de Celos de Díaz-Loving et al., (1989). Predominó el estilo de apego preocupado; los celos y sus dimensiones fueron medios. Se encontraron relaciones estadísticamente significativas débiles positivas entre el apego evitativo y temeroso con el egoísmo y celos. La desconfianza se relacionó negativamente con el apego evitativo, pero positiva y fuerte con el apego temeroso. Así, no se confirmó que “el apego seguro se relaciona con un menor nivel de celos en parejas”; aunque moderadamente se comprobó que “los apegos evitativo, preocupado y temeroso se relacionan con mayor nivel de celos”.

Palabras clave: estilos de apego, celos, adulos jóvenes, parejas.

Abstract

To determine the relationship between attachment styles and jealousy in young adult couples, a correlational descriptive type and level investigation carried out, with a field study model and non-experimental transactional design, with an accidental sample of 100 people. The adult attachment questionnaire by Brennan et al (1998) and the Multidimensional Jealousy Inventory by Díaz-Loving et al (1989) applied. The preoccupied attachment style predominated; jealousy and its dimensions were medium. Weak positive statistically significant relationships found between avoidant and fearful attachment with selfishness and jealousy. Distrust was negatively related to avoidant attachment, but positive and strong to fearful attachment. Thus, it not confirmed, “secure attachment is related to a lower level of jealousy in couples”; although it was moderately verified “avoidant, worried and fearful attachments are related to a higher level of jealousy”.

Keywords: attachment, jealously, young adults, couples.

Introducción

La pareja es, sin duda alguna, uno de los entes más estudiados de la psicología y diversas ciencias sociales. El interés en la misma radica, entre otros tantos factores, en el hecho de que, como explica Maureira (2011), es un proceso que comprende toda la naturaleza humana y es tan complejo que tiene en su haber no solo el amor, aunque pueda ser uno de sus determinantes más importantes, sino también factores biológicos, sociales y psicológicos que parecen darle estructura, particular, a estas relaciones.

Asimismo, si se tiene en cuenta que la teoría de apego de Bowlby (1980), refleja la necesidad humana de formar vínculos afectivos, se tiene, además, un escenario que explicaría, al menos de modo general, una razón por la cual las personas buscan formar relaciones de pareja, pues así como en la infancia se tiene una figura a quien recurrir en momentos de contención o estrés, que generalmente es la madre o el cuidador principal del niño; en la edad adulta, según refieren Hazan y Shaver (1987), las representaciones mentales de la niñez moldean el comportamiento para la conformación de relaciones cercanas e íntimas, las que se ven con mayor consolidación en la dualidad de pareja.

Al transponer esto a la edad adulta, Hazan y Shaver (1987), indican que las relaciones de pareja serían relaciones de apego influidas de cierto modo por las experiencias con los cuidadores de la temprana infancia, además el paralelo entre ambas se observaría en el deseo de mantener la proximidad física, la confianza en la figura de apego para el confort y la visión de esta como una fuente de seguridad en momentos de estrés, reflejándose en la investigación de Chapa y Ordoñez (2018), donde se buscó identificar las características que presenta el apego en las relaciones de los estudiantes de ambos géneros, se llegó a la conclusión que se encuentran dentro de una relación sentimental, presentaban apego en las relaciones de pareja considerado por la dependencia emocional las cuales se manifiestan a través de los celos frecuentes, la prioridad y exclusividad que se tiene por la pareja, relación afectiva con rasgos agresivos y control como la manipulación y chantaje emocional, adicional a ello se muestra la individualidad de la pareja caracterizado por actitudes positivas y condicionado por estereotipos culturales según género.

Por consiguiente, el apego viene a ser un factor importante en la forma en la cual se desarrolla la relación de pareja, quizá funcionando como un determinante de algunos aspectos como la satisfacción, la confianza y el sentimiento de apoyo en el otro. Sobre ello, Sánchez-Aragón (2000), como resultado de una investigación realizada en México, señala que este constructo es un determinante del funcionamiento de las relaciones de pareja; de hecho, es considerado como la premisa del amor romántico.

En este sentido, es necesario entender el significado de los puntos tratantes, el apego es una conducta instintiva, activada y modulada en la interacción con otros significativos a lo largo del tiempo, siendo un sistema de control, mecanismo que adapta la conducta a la consecución de fines determinados por las necesidades del momento. Sin embargo, los posteriores estudios sobre el tema, mostraron que no solo en la infancia puede darse el apego. Desde este escenario, entonces surge, en una definición más general, y propuesta por Bolwby (1998) y que se ha mantenido como una conceptualización para el constructo en cuestión.

Para Bartholomew (1997), el estilo de apego temeroso o miedoso comparte aspectos tanto del apego alejado como del preocupado. Al igual que el estilo alejado evita la intimidad, pero difiere, sin embargo, en la necesidad personal de aceptación de los demás para mantener una consideración positiva de sí mismo. Así, mientras el alejado obtiene su principal fuente de seguridad a través de los logros, el temeroso la obtiene a través de la aprobación de los demás. En lo que respecta a su similitud con la persona preocupada, ambos poseen un concepto negativo de sí mismos unido a una elevada dependencia. De acuerdo con Bartholomew y Horowitz (1991), en sus relaciones adultas, el estilo de apego preocupado se caracteriza por poseer una falta de valía personal que deriva en una actitud dependiente y un irascible deseo de conseguir la aprobación de los demás. Muestra una alta preocupación por las relaciones, elevada necesidad de aprobación, demandas constantes de atención.

Hazan y Shaver (1987), proponen tres tipos básicos de apego adulto: seguro, ansioso-ambivalente y evitativo. Bartholomew y Horowitz (1991), explican que los sujetos con apego seguro son personas abiertas, fáciles de conocer, con una alta autoestima y una imagen positiva tanto de sí mismos como de los demás, un sentimiento de autoeficacia elevado, una orientación preferente hacia las personas y una mayor apertura cognitiva que el resto de los estilos. Las personas seguras muestran, además, ausencia de problemas interpersonales graves, una expectativa positiva de que los demás, generalmente, les aceptan y les responden.

Por otro lado, Mikulincer (1998), explica que las personas que presentan el estilo de apego ausente no pueden establecer relaciones de pareja satisfactorias debido a la desconfianza que sienten hacia el otro, teniendo dificultad para mantener intimidad dentro de la relación; debido a que se sienten inseguras de sí mismas, integrando al aparato psíquico esquemas mentales centrados en el fracaso, esperando ser desplazados por otras personas en el plano interpersonal, sintiéndose prescindibles ante el medio. Manifiestan desconfianza en todas las áreas y la inseguridad individual no le permite esperar algo positivo.

Debido a esto, el estilo de apego que los miembros de la pareja tienen también pudiera ser un factor determinante de los celos. Por tanto, conviene indicar que Neu (1980), explica que los celos parten de la noción de posesión, inseguridad y temor a la pérdida, por lo que siempre existe un rival, real o imaginario. Así, aclara Ben-Zeev (2000), que estos tienen un rol importante en la vida del ser humano: mantener la exclusividad de las relaciones emocionales y para ello se requiere de cierto grado de celos para evitar actitudes de total indiferencia entre las personas.

De acuerdo con lo anterior, una persona celosa, en la línea de pensamiento de Ben-Zeev (2000), sería aquella que cuando la carencia percibida del objeto que ama la hace dudar de sí misma, lo fuerza a volver a evaluar su estilo, su habilidad y su poder en una forma que genera pensamientos obsesivos de la relación con el rival; los celos son indiscutiblemente el temor a la pérdida de una atención especial que se le tenía al individuo, la cual puede o no involucrar amor, pero es especial en el sentido que constituye, en parte, al concepto de sí mismo, por ello, es posible que exista una relación entre el apego que ha desarrollado la persona y el hecho de ser más o menos celoso dentro de su relación de pareja.

Siguiendo este orden de ideas, se realizó un estudio de importancia por Martínez et al., (2013), titulado “Características de los celos en un grupo de estudiantes universitarios de la ciudad de Bogotá”, cuya finalidad fue describir el nivel de celos, algunas de sus características y su relación con otras variables como depresión e infidelidad, donde no se evidenciaron diferencias significativas en el nivel de celos entre hombres y mujeres; sin embargo, la media de los puntajes en hombres tiende a ser mayor. Así mismo, se encontró que las personas que han sido infieles en algún momento de su vida tienden a puntuar más alto en la escala de celos. Los resultados del estudio evidenciaron que existe una correlación negativa entre el tiempo de la relación y el puntaje de celos, lo que indica que a medida que el tiempo de la relación aumenta, el nivel de celos disminuye. Por otro lado, se evidenció que, entre más tiempo de la relación, el nivel de depresión disminuye.

Siguiendo la línea de definiciones, de acuerdo con Buss (2003), los celos son universales, existen en casi todas las culturas e incluso en relaciones no románticas. En este sentido, los celos pueden ser una respuesta de malestar innata que surge ante la amenaza de la pérdida de una relación valiosa como consecuencia de la existencia de una tercera persona, es decir, surgen ante la idea de que otro puede estar teniendo la atención de la pareja o del sujeto con el cual se mantiene algún tipo de relación.

Por su lado, Keltner y Buswell (1997), explican que, a pesar de ser considerados como negativos, los celos cumplen algunas funciones que pueden verse como favorables para el sujeto, pues permiten que los individuos mantengan, protejan o restauren los lazos sociales frente a amenazas que atentan contra el individuo o la relación. Asimismo, Salovey (1991), indica que actúan como un termómetro para medir la importancia que una relación íntima puede tener como intento de poner a prueba la relación e incrementar el grado de compromiso, ayudan a establecer “reglas básicas” en la pareja y son indicadores de que algo anda mal en la relación.

Cabe mencionar que en este momento no hay suficientes investigaciones que ofrezcan certezas frente a los celos en la relación de pareja y sus diferentes variables, realidad que expone Martínez-León (2017), en su tesis doctoral sobre celos románticos, en la que concluye que, para clarificar la situación, es necesario analizar el funcionamiento en conjunto de variables asociadas, delimitar un sistema de evaluación y estimular la comparación transcultural.

Al retomar el tema de la pareja, en la actualidad se evidencia un incremento de los conflictos en las parejas proveniente en el área de celos, por ello surge la pregunta si esta problemática tiene alguna relación con el estilo de apego propio de la persona De igual manera, el estudio realizado sobre el Inventario Multidimensional de celos (Díaz-Loving et al., 1989) muestra la necesidad de realizar futuras investigaciones en torno a la teoría de los celos en parejas.

Cabe agregar que la relevancia contemporánea de la investigación se tiene en la vertiente de que, si bien existen nuevas relaciones de pareja y siguen muchas en consolidación, también hay numerosas rupturas, tanto de noviazgos como de matrimonios en la actualidad; lo cual muestra la necesidad de realizar investigaciones que presenten nuevos datos que puedan explicar por qué suceden los rompimientos. Aunado a ello, la formación de parejas a distancia también es un objeto de interés, pues la no proximidad física pudiera incrementar los celos e incluso modificar el apego, por la inseguridad de que el otro no está cerca.

Sobre la relevancia humano-social, la investigación trae beneficios a los adultos jóvenes tanto en relación de pareja como en aquellos que en el momento no están en una, pues al conocer la relación entre los estilos de apego y los celos, se pueden presentar recomendaciones dirigidas a modificar ciertos patrones de pensamiento y conductas, que le permitan una mayor seguridad propia y confianza en el otro, para minimizar, si existen, los celos. Respecto a la relevancia práctica, la investigación brinda aportes a la psicología como ciencia, en cuanto a mostrar datos sobre la relación de los constructos que se estudian, a saber, estilos de apego y celos, lo cual se puede extender no solo a los implicados directos, sino a otras parejas, en función de mejorar las dinámicas de las mismas, e incluso otras interacciones sociales de estos sujetos.

Además, la relevancia metodológica recae en la presentación de datos válidos sobre la relación entre los estilos de apego y los celos, a modo de que futuros investigadores interesados en la línea de estudio que se muestra, cuenten con información actualizada sobre el comportamiento de los constructos mencionados en la población de adultos jóvenes, cuyas características actuales, como alto dinamismo, cambios de pensamiento, migración o mayor importancia al crecimiento individual que de una relación, le imprimen un punto diferente que cambiaría las dinámicas de pareja que se conocen.

En base a lo anteriormente planteado, la investigación de estilos de apego y celos en adultos jóvenes, resulta ser de gran relevancia en las parejas de la actualidad, siendo un campo de importancia para el ámbito personal de cada individuo y el desarrollo de sus relaciones interpersonales, se presenta la necesidad dentro de dicha investigación establecer como objetivo general, determinar la relación entre los estilos de apego y celos en parejas de adultos jóvenes, realizándose la investigación en Maracaibo, estado Zulia, con adultos jóvenes entre los 18 a 25 años de edad, de ambos géneros, sin discriminar en su orientación sexual que hayan estado o estuvieran en relación de pareja al momento de realizar las mediciones. Sobre las ideas expuestas, la investigación respondería la siguiente interrogante: ¿cuál es relación entre los estilos de apego y celos en parejas de adultos jóvenes?, para así determinar la relación entre los estilos de apego y celos en parejas de adultos jóvenes. La hipótesis propuesta fue “el apego seguro está relacionado con un nivel de celos bajo en parejas de adultos jóvenes”, “los apegos evitativo, preocupado y temeroso se relacionarán con un mayor nivel de celos en los mismos”.

Materiales y Métodos

La investigación fue de tipo descriptivo, porque se midieron por separado las variables estilos de apego y celos en adulto jóvenes. Por otro lado, fue de nivel descriptivo, al establecer la relación que existía entre ellas. En cuanto al modelo fue un estudio de campo porque los propios sujetos de investigación brindaron la información necesaria de forma directa. Respecto al diseño, el mismo fue no experimental, dado que no se realizaron intervenciones ni manipulaciones deliberadas o intencionales en las variables; además, se catalogó como transeccional-correlacional, pues la medición se realizó en un momento único para encontrar la relación estadística entre los constructos evaluados.

Se estableció como población, adultos jóvenes de ambos géneros los cuales se encuentran actualmente en una relación de pareja. En este caso, siendo estudiantes de la Universidad Rafael Urdaneta, ubicada en el Municipio Maracaibo, pertenecientes al Estado Zulia. Se seleccionó un tipo de muestreo no probabilístico accidental, el cual supone un procedimiento de selección informal y un poco arbitrario como muestra La muestra en el presente estudio, estuvo conformada por 100 sujetos, en edades comprendidas de 18 a 25 años de edad escogidos por las investigadoras, de ambos géneros y que se encuentren en una relación de pareja, habitantes de la ciudad de Maracaibo, Venezuela.

Para la recolección de datos referente al estilo de apego, se empleó el cuestionario de apego adulto (ECR) de Brennan et al., (1998) versión en español de Abreu (2004). Es un instrumento de auto reporte, de papel, que tiene siete opciones de respuesta totalmente en desacuerdo (1) hasta totalmente de acuerdo (7). No tiene límite de tiempo para ser completado y que exige de un promedio de 12 minutos para su aplicación, en forma individual o colectiva. Está constituido por dos dimensiones de apego, representadas en dos escalas: ansiedad y evitación, cada una de ellas, está constituida por 18 ítems, y clasifican a los individuos en cuatro categorías de apego adulto romántico: seguro, evitativo, preocupado y temeroso. Para su corrección, se suman los ítems correspondientes a cada indicador, de forma directa pues no posee ítems inversos; interpretándose conforme al baremo que se tiene a continuación (Cuadro 1), y se cruzan las puntuaciones altas y bajas para obtener cada estilo de apego (Cuadro 2); y se presentan las frecuencias relativas de cada uno de los estilos.

Cuadro 1

Baremo de interpretación estilos de apego

Nivel

Rango

Bajo

1,00 - 4,00

Alto

4,01 - 7,00

Fuente: Brennan, Clark y Shaver (1998)

Cuadro 2

Combinaciones del apego romántico adulto

Estilos de Apego Adulto

Baja

Ansiedad

Alta

Evitación

Baja

Seguro

Preocupado

Alta

Evitativo

Temeroso

Fuente: Brennan, Clark y Shaver (1998)

En cuanto a las propiedades psicométricas, la validez del instrumento de ECR, fue determinada según lo cita Abreu (2004), mediante la utilización de una muestra de 1.086 estudiantes de pregrado marabina, encontrando correlaciones en 60 constructos de apego; estas 60 escalas produjeron dos componentes mayores, para la cual se utilizó un procedimiento de rotación oblicua; por ellos se crearon dos subescalas una para cada factor conformada por 18 ítems; finalmente se aplicó un análisis discriminante (clúster) que revelaron cuatro grupos distintos; cuyos patrones encajaban casi perfectamente con la descripción de Bartholomew y Horowitz (1991). La confiabilidad fue de 0,74-0,89 según el coeficiente Alfa de Cronbach.

Por otro lado, para la recolección de datos para la variable celos se utilizó la escala de Inventario Multidimensional de Celos. El instrumento fue realizado por Díaz-Loving et al., (1989), que evalúa el sentimiento de malestar e inconformidad que experimenta un individuo cuando nota preferencias de un conocido por otras personas. Presenta 40 reactivos tipo Likert, con cinco opciones de respuesta, desde completamente de acuerdo (1) a completamente en desacuerdo (5). Presenta cinco factores: 1° factor Emocional/Dolor (9 reactivos); 2° factor enojo (11 reactivos); 3° factor egoísmo (8 reactivos); 4° factor confianza (8 reactivos); 5° factor intriga (4 reactivos). Se corrige por suma simple, no posee ítems inversos. Se interpreta conforme al siguiente baremo:

Cuadro 3

Baremos de interpretación del inventario multidimensional de celos

Escala

I

II

III-IV

V

Total

Bajo

9 - 19

11 - 24

8 - 17

4 - 8

40 - 89

Promedio

20 - 32

25 - 39

18 - 28

9 - 14

90 - 145

Alto

33 - 45

40 - 55

29 - 49

15 - 20

146 - 200

Fuente: Díaz – Loving et al., (1989)

Respecto a las propiedades psicométricas, Díaz – Loving et al., (1989), explican que se determinó evidencias de validez de constructo, se trabajó tras un análisis factorial que quedó compuesto por cinco factores mencionados anteriormente y que manifestaron el 50,7% de la varianza final del inventario en el cual los autores eligieron los factores que lograron valores mayores a 2,0; dentro de cada factor fueron seleccionados en primera instancia los reactivos que tuvieron cargas factoriales superiores a ± 0,30 y posteriormente a reactivos que asumieron coherencia conceptual en cada dimensión. En cuanto a la confiabilidad, se tuvieron una serie de Coeficientes de Alfa de Cronbach, donde estas fueron superiores a 0,70 en todos los factores, en el factor emocional/dolor se obtuvo un 0,78, en el segundo factor enojo se logró un 0,79, en el tercer factor egoísmo/posesión un 0,78, en el cuarto factor se alcanzó un 0,81 y finalmente en el último factor se logró un 0,75.

Resultados y Discusión

Los datos obtenidos en la aplicación de instrumentos fueron introducidos en un programa estadístico para su procesamiento. Conforme a los objetivos de la investigación y los tipos de instrumentos, se utilizó estadísticas descriptivas e inferenciales para el análisis de los datos, según fuera necesario. En cuanto a la correlación entre las variables estilos de apego y celos, se estableció un nivel de significancia teórica de 0,05.

Tabla 1

Estadísticos descriptivos estilos de apego

Dimensión / Variable

σ

Interpretación

Ansiedad

4,10

0,73

Alto

Evitación

2,25

0,59

Bajo

Estilos de Apego

6,35

1,32

Apego Preocupado

En general, los adultos jóvenes en relación de pareja mostraron un alto nivel de ansiedad, es decir, sus estilos de apego se engloban en aquellos de mayor complejidad mental y de representaciones mentales negativas. Al parafrasear lo expuesto por Hazan y Shaver (1987), serían personas cuyas formas de relacionarse y los estilos de apego que le son comunes en sus interacciones con otras personas, no le permitirían establecer relaciones de pareja con confianza e intimidad; sino que se caracterizarían por dependencia, miedo al rechazo, poca seguridad en sí mismos y en el otro, así como la necesidad de que se le demuestre el amor de forma constante.

Para profundizar lo anterior, se tiene que los adultos jóvenes que presentaron un alto estilo de apego ansioso, conforme a lo referido por Hazan y Shaver (1987), se caracterizarían por una preocupación frecuente porque su pareja no le ame suficiente o lo deje de amar y el temor que esto genera los conduce a exigir las demostraciones de cariño frecuentes; pero también se vuelve un problema porque tales necesidades ahuyentan a los demás que no estarían dispuestos a permanecer en una relación de dependencia. Esto se debe, como se ha mencionado, a una baja autoestima y pobre autoconcepto, que se refleja en bajos niveles de seguridad en sí mismos y lo que pueden aportar en la relación; y en lo que el otro tiene para ofrecerle.

Por otro lado, la evitación fue baja, como se aprecia en la Tabla 1; lo cual era de esperarse en función de la predominancia del apego preocupado y del temeroso. Esto implicó que los adultos jóvenes, como refieren Feeney y Noller (2001), con poca intensidad suelen mostrar desinterés en las relaciones afectivas, les importa más la autorrealización que la intimidad; es decir, se ocuparían más de sus parejas porque les importan y se preocupan por ellas.

Además, según explican Hazan y Shaver (1987), un estilo evitativo en niveles bajos indicaría que, en el caso particular de los adultos jóvenes en pareja, no huirían con demasiada frecuencia de formar vínculos con otros ni de intimar con una pareja, pero, probablemente, cuando sienten temor o consideran que se puede desarrollar dependencia con la otra persona, se alejarían para evitar resultar lastimados o que le ocasionen un daño emocional.

La Tabla 1 confirma que el estilo de apego preocupado fue el de mayor predominancia en los adultos jóvenes que participaron como sujetos de investigación, al tener una combinación de alta ansiedad y baja evitación. Al respecto, refieren Bartholomew y Horowitz (1991), que estos serían personas dependientes, que manifiestan un deseo constante por ser aprobados por otros. En sus relaciones de pareja reclaman atención y afecto, porque es la forma de disminuir su ansiedad y miedo al rechazo.

Cabe destacar que Hazan y Shaver (1987), explican que el apego que se manifiesta en las relaciones románticas establecidas en la adultez es una traslación de los apegos que desarrollaron en la infancia con las personas significativas, especialmente la madre. Por consiguiente, se puede afirmar que los adultos jóvenes que participaron en la investigación no habrían desarrollado bases seguras en su infancia y esto lo han llevado a sus relaciones en la etapa adulta, donde se manifiestan desconfiados, inseguros, con problemas para intimar y dependientes.

Tabla 2

Distribución de estilos de apego

Estilos de Apego

Frecuencia

Porcentaje

Preocupado

39

39%

Seguro

30

28%

Temeroso

18

18%

Evitativo

13

13%

Total

100

100%

De acuerdo con la información presentada en la Tabla 2, el estilo de apego que predominó en los adultos jóvenes fue el preocupado. En lo referido por Bartholomew y Horowitz (1991), las personas que presentan este estilo de apego se caracterizan por una elevada necesidad de aprobación por parte de su pareja romántica y le exige constantemente su atención. Esta insatisfacción, puede deberse a un modelo mental en el cual se han formado la creencia de que los actos no tienen consecuencias por lo que, además de necesitar que otros le demuestren que lo quieren, también se creen socialmente ineficaces.

Este apego preocupado, se deriva de una falta de autovalía, probablemente, en asociación a los criterios teóricos de los mencionados autores, los adultos jóvenes tienen problemas con su autoestima y su autoconcepto, lo cual los conlleva a conductas que buscan la constante aprobación porque dependen, inconscientemente, de los demás. Por ello, estas personas manifestarían temor al rechazo o miedo al abandono. Todo esto puede afectar negativamente sus relaciones de pareja, porque el otro, probablemente, no estaría dispuesto a estas constantes demostraciones de afecto o a aceptar las dudas sin razón sobre la relación.

En segundo lugar, se ubicó el estilo de apego seguro, como se puede observar en la Tabla 2. Bartholomew y Horowitz (1991), explican que las personas que manifiestan este estilo de apego son sujetos con una alta autoestima y una imagen positiva de ellos mismos y de los demás. Se puede decir que los adultos jóvenes que se encuentran en este grupo son abiertos, orientados hacia otras personas y con mayor apertura cognitiva que los otros estilos. Por tanto, se caracterizarían por establecer relaciones de pareja desde una actitud positiva, con aceptación de las conductas del otro y con una comunicación asertiva.

Por otro lado, aparece el estilo de apego temeroso en tercer lugar. Los adultos jóvenes en quienes predomina tal estilo son personas, en razón de lo expuesto por Bartholomew y Horowitz (1991), que se sienten incómodos ante la intimidad, necesitan aprobación, aunque no tan constante como quienes presentan el estilo preocupado; suelen presentar baja confianza en sí mismos y en otras personas junto con un gran temor al rechazo. Asimismo, en el ámbito de relaciones de pareja, estas personas tienen un modelo mental negativo que los conduce a la búsqueda de aprobación, la evitación de la intimidad y elevada dependencia. Finalmente, aparece el estilo de apego ausente, el cual, de acuerdo con Mikulincer (1998), corresponde con personas que no pueden establecer relaciones de pareja satisfactorias porque desconfían del otro. En el caso de los adultos jóvenes que participaron en la investigación, se caracterizarían por inseguridad individual que les hace creer que no pueden esperar algo positivo o que los otros confiarán en él.

Al comparar con otras investigaciones, se encontraron similitudes con lo expuesto por Chapa y Ordoñez (2018), pues estos autores reportaron que los estudiantes, comprendidos en la adultez joven, que se encontraban en relación de pareja se caracterizaban por ser dependientes emocionales y con poca capacidad para intimar, lo cual se asocia con el apego preocupado que fue presentado por la mayoría de los adultos jóvenes que participaron en la presente investigación. Es decir, que pudiera existir tendencia en este rango de edad a presentar temor o preocupación por ser rechazados por la pareja, ante lo cual requieren manifestaciones constantes de afecto que lo hagan sentir tranquilo.

Por otro lado, en las comparaciones con otros estudios, se tuvieron diferencias con los resultados de González (2019), quien encontró predominancia del estilo de apego temeroso en adultos en relación de pareja a distancia. Hubo moderadas discrepancias con los hallazgos de Matos (2017), quien reportó una mayor prevalencia del estilo de apego temeroso y un bajo nivel de apego seguro en estudiantes universitarios.

Para cerrar lo concerniente a estilos de apego, se explica que según Bartholomew (1997), las personas con altos niveles de apego en la categoría ansiedad, en la cual se ubicaron los sujetos de esta investigación, corresponde con individuos con una imagen negativa tanto de sí mismos como de otros, por lo cual las representaciones mentales que realizan no resultan en operacionalizaciones favorables. Por ello, era esperable una mayor predominancia de estilos de apego negativos como el preocupado o el temeroso, tal como ocurrió en la muestra de estudio.

Tabla 3

Estadísticos descriptivos celos

Dimensiones

s

Nivel

Emocional / Dolor

14,05

6,31

Medio

Enojo

10,56

8,62

Medio

Egoísmo

8,20

6,52

Medio

Desconfianza

26,12

8,04

Medio

Intriga

6,14

3,16

Medio

Celos

65,07

18,65

Medio

En consideración de los resultados expuestos en la Tabla 3, el nivel de celos en adultos jóvenes fue medio, al igual que en sus cinco dimensiones: emocional/dolor, enojo, egoísmo, desconfianza e intriga. De acuerdo con Buss (2003), los celos son universales y se dan incluso en las relaciones no románticas; por lo que se pueden esperar en las interacciones humanas. Para el particular de las relaciones de pareja surgen cuando se tiene la sensación de que otro ocupa la atención del ser amado o de la persona con quien mantiene una relación.

Un nivel medio de celos, según lo referido por Fisher (2004), parece ser producto de la socialización y la cultura, en especial cuando se ha establecido como lo correcto la exclusividad y la monogamia, como es el caso de la sociedad venezolana. Indicaría que los adultos jóvenes de forma moderada pueden experimentar emociones negativas e inseguridad respecto a su pareja romántica por creer que existe otra persona, una especie de rival real o imaginario, que puede tratar de romper con su relación romántica.

Se discrimina en niveles medios de las distintas dimensiones que conforman la variable, como se aprecia en la tabla que contiene los hallazgos. De esta forma, los adultos jóvenes, en cuanto a lo emocional/dolor, en términos de Díaz-Loving et al., (1989), pueden experimentar por períodos de duración considerable la sensación de que dolor es igual a amor y esto les genera malestar emocional, tristeza o preocupaciones por las vivencias que le ocurren en ese tiempo.

Respecto al nivel medio de enojo, Díaz-Loving et al., (1989), refieren que esto se puede asociar con la experimentación de ira e irritabilidad por parte de los adultos jóvenes que participaron en la investigación; pero este resentimiento no es general, sino que se canaliza hacia la pareja, porque se cree que presta atención a otros y rompe con el contrato tácito de exclusividad sexual y emocional que supone estar en la relación.

El nivel medio de egoísmo da cuenta de que los adultos jóvenes tienen cierta tendencia a creer que su pareja romántica les pertenece, parece que lo consideran como un objeto propio. Díaz – Loving et al., (1989), hablan de posesión, como si el otro fuera de ellos y, por tanto, no pueden establecer contactos con otras personas, pues cuando lo hacen están rompiendo las normas de la relación, aunque estas no se hayan conversado o acordado; y se experimenta una moderada desconfianza o inseguridad porque no se desea compartir la atención de la pareja.

Sobre la desconfianza, cuyo nivel también fue medio como se aprecia en la Tabla 2, da cuenta de que los adultos jóvenes en relación de pareja tienen a desconfiar del otro, con moderada intensidad, cuestión que se asocia, como explican Díaz–Loving et al., (1989), con las creencias sociales y culturales, en las cuales se ha podido instaurar que establecer conversaciones con otros o tener amistades con el género opuesto, puede ser un indicio de infidelidad o de problemas en la relación.

En cuanto al nivel medio de la dimensión intriga, como se observa en la Tabla 2, es un indicador de que los adultos jóvenes que participaron en la investigación necesitan constantemente saber qué hace su pareja. Al respecto, Díaz–Loving et al., (1989), explican que esto se refiere a un deseo inquietante de estar al tanto de los movimientos del otro; en forma moderada es una manera de verificar su fidelidad emocional y sexual.

Cuando se comparan estos resultados con los expuestos por otras investigaciones, se aprecian coincidencias con Rosales (2015), pues el nivel de celos en mujeres mayores de 18 años fue moderado. Igualmente, Granados (2016), encontró un nivel de celos moderados en estudiantes universitarios. Del mismo modo, Martínez et al., (2013), indicaron celos en niveles medios. Tal escenario de resultados y su coincidencia con lo reportado por la presente investigación, era esperable, pues entra en el rango de los celos normales; sin caer en niveles patológicos de los mismos. Lo expuesto tiene explicación con lo referido por Keltner y Buswell (1997), quienes plantean que más allá de las connotaciones negativas de los celos, estos se consideran necesarios pues cumplen algunas funciones que pueden verse como favorables para el sujeto, al permitir que los individuos mantengan, protejan o restauren los lazos sociales frente a amenazas que atentan contra el individuo o la relación

Tabla 4

Correlación de Pearson celos y estilos de apego

Dimensiones y Variable

Apego Seguro

Apego Temeroso

Apego Evitativo

Apego Preocupado

Emocional / Dolor

P

0,08

0,04

0,02

0,10

Sig.

0,65

0,72

0,83

0,49

Enojo

P

0,15

-0,05

0,08

0,13

Sig.

0,72

0,44

0,58

0,52

Egoísmo

P

0,33

0,24*

0,22*

0,19

Sig.

0,24

0,02

0,03

0,12

Desconfianza

P

0,16

0,77**

-0,39**

0,24

Sig.

0,45

0,00

0,00

0,16

Intriga

P

0,19

0,08

0,04

0,11

Sig.

0,39

0,41

0,69

0,27

Celos

P

0,12

0,20*

-0,10

0,22

Sig.

0,27

0,04

0,31

0,31

Nota: * Correlación de magnitud baja en nivel de p <0,05.

**Correlación estadísticamente significativa en nivel de p<0,01.

De la Tabla 4 se desprenden varias relaciones entre los estilos de apego y las dimensiones de los celos. En primer orden, se encontró una relación positiva baja o moderadamente débil y estadísticamente significativa entre la dimensión egoísmo y los estilos de apego temeroso y evitativo. Además, se tuvo una relación de características similares entre los celos y el apego temeroso. De tal escenario, en atención a lo referido por Bartholomew (1997) y Díaz-Loving et al.,(1989), se puede afirmar que los adultos jóvenes que participaron en la investigación y se catalogaron como personas con apego temeroso, tendían a experimentar sentido de posesión, pues consideraban que la pareja les pertenecía, o manifestaban cierto malestar emocional; que aumenta, en forma débil, la necesidad de aprobación de su compañero y la dependencia que tiene hacia el otro. Para ellos, la sensación de que la pareja es propia viene por la baja seguridad que tienen tanto en sí mismos como en el otro.

En cuanto a aquellos que presentaron un estilo de apego evitativo, huyen de formar vínculos o de relacionarse en profundidad con los otros, incluso la pareja romántica, tal como plantea Gómez (2009). Esto, en la asociación con el egoísmo propio de los celos da cuenta, según Díaz-Loving et al., (1989), que son adultos caracterizados por sentir que no pueden compartir a su compañero o compañera, quizá por miedo a perder a aquella persona con la cual han logrado intimar y conectarse emocionalmente, a pesar de que esto, en general, les resulta incómodo.

Aunado a lo anterior, el egoísmo y la desconfianza, arrojaron una relación positiva, fuerte y estadísticamente significativa con el estilo de apego temeroso. Al interpretar el resultado, así como las exposiciones teóricas de Bartholomew (1997) y Díaz-Loving et al., (1989), la relación era esperable, pues asocia un comportamiento de inquisición y dudas, con la constante preocupación y la necesidad de que se le demuestre que lo aman, pues se caracterizarían por una baja confianza en sí mismos y en otras personas. En este orden de ideas, los adultos jóvenes reaccionan con dudas y preocupación ante el temor de ser rechazados por su pareja romántica; incluso experimentan la necesidad de saber qué hacen o cómo se comportan por un aprendizaje cultural, que a su vez, puede incrementar las características del estilo de apego en cuestión.

Por otro lado, la desconfianza tuvo una relación negativa, baja o moderadamente débil y estadísticamente significativa con el estilo de apego evitativo, lo cual, desde la consideración de lo expuesto por Bartholomew (1997) y Díaz-Loving et al., (1989), representa una asociación en la que mientras aumentan las dudas, la vigilancia y la poca confianza en el otro, disminuye paralelamente la incomodidad en las relaciones íntimas y se minimiza la dependencia del otro que forma la pareja romántica. Es posible que esto ocurra porque han logrado establecer una relación con cierto grado de intimidad, lo cual no es común en su tipo de apego, que derivaría en una moderada apertura emocional y la formación de vínculos con la pareja.

En atención a la relación entre las dimensiones de las variables estilos de apego y celos, en la Tabla 4 y en observancia de las hipótesis propuestas, se encontró que el apego seguro no arrojó relaciones significativas ni con los celos ni con ninguna de sus dimensiones, por lo cual no se contó con suficientes evidencias para confirmar la hipótesis propuesta. Así, se rechaza el supuesto de que “el apego seguro se relaciona con un menor nivel de celos en parejas de adultos jóvenes”, pues no hubo elementos estadísticos para comprobarlo.

Ahora bien, de acuerdo con los resultados, existe una posible relación entre los estilos de apego romántico que la persona desarrolla en sus relaciones que pudieran estar asociados con los celos que presenta hacia el otro, según las relaciones individuales entre las dimensiones de celos y los estilos de apego observados en los participantes. De esta forma, a la luz de las evidencias, es probable que los sujetos con estilos de apego temeroso y evitativo, tengan una mayor predisposición a presentar celos hacia sus parejas, que aquellos con apegos seguros; por lo cual, de forma discreta se confirmó la hipótesis de que: “los apegos evitativo, preocupado y temeroso se relacionan con mayor nivel de celos en parejas de adultos jóvenes”.

Conclusiones

Al describir los estilos de apego, se encontró prevalencia del estilo preocupado en los adultos jóvenes que estaban en relación de pareja, quienes se caracterizarían por ser una persona que tiende a mantener relaciones ansiosas y ambivalentes en situaciones de proximidad, en general muy dependiente. Se caracteriza por un alto nivel de dependencia, bajo nivel de evitación. Esto concuerda con el hecho de que la ansiedad fue alta y la evitación fue baja; así, en general, los sujetos serían dependientes emocionales de sus parejas, con necesidad constante de aprobación y de demostración de afecto.

Respecto a los celos, se ubicaron en un nivel medio, al igual que las cinco dimensiones que comprende: emocional/dolor, enojo, egoísmo, desconfianza e intriga. En tal sentido, los adultos jóvenes tendrían un nivel normal y esperable de molestias ante el hecho de que su pareja romántica pueda relacionarse con otros, aunque no necesariamente en una situación de pareja. Manifestarían sentido de posesión y la constante inquisición en sus actividades para estar al tanto de todo lo que el otro hace, en función de verificar su fidelidad.

En cuanto a la relación entre los estilos de apego y celos en adultos jóvenes, se encontraron relaciones positivas débiles y estadísticamente significativas entre el egoísmo y los estilos de apego temeroso y evitativo; así como entre el apego temeroso y los celos. Además, hubo una asociación positiva, fuerte y significativa entre la desconfianza y el apego temeroso; mientras que el apego evitativo tuvo una relación negativa, débil y estadísticamente significativa con la dimensión desconfianza. En general, no se tuvo evidencias para comprobar la hipótesis de que: que “el apego seguro se relaciona con un menor nivel de celos en parejas de adultos jóvenes”. Sin embargo, de manera discreta se confirmó la segunda hipótesis: “los apegos evitativo, preocupado y temeroso se relacionan con mayor nivel de celos en parejas de adultos jóvenes”.

Como producto de lo anterior, se recomienda a los adultos jóvenes acudir a terapia psicológica, que puede ser individual o de pareja, en la cual se fomenten cambios en la persona, a modo de mejorar su autoestima y su autoconcepto, lo cual influiría en la forma en la cual se relacionan con otros, pues al apreciarse como persona, dejarían de necesitar la aprobación de un tercero o de sentirse constantemente queridos, desarrollando apegos seguros.

Respecto a los celos, se puede trabajar con terapias en las que, primeramente, se reconozca que se tiene un problema para luego identificar hasta qué punto puede resolver con ayuda de su familia y pareja, para identificar a nivel de pensamiento, emociones y conductas que no funciona bien y está perjudicando a sí mismo y/o su entorno. Esto es importante porque prevendría que el nivel de celos llegue a niveles patológicos que pueden incidir negativamente en el funcionamiento individual y en la relación de pareja como ente.

Nota especial

Artículo de investigación derivado del Trabajo de Grado titulado: Estilos de apego y celos en parejas de adultos jóvenes, presentado en la Universidad Rafael Urdaneta, Maracaibo, Venezuela.

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